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La Rioja (España)

23/1/08

El cambio climático llevará a las aves que habitan en España hacia el norte de Europa

El Atlas Climático de las Aves indica que algunas desaparecerán y otras podrían desplazarse hasta 550 kilómetros
De no ponerle remedio, el calentamiento global desalojará a lo largo de este siglo a buena parte de la avifauna europea hacia el norte en busca de temperaturas idóneas. Las aves españolas están entre las más vulnerables del continente. Las especies incapaces de adaptarse o emigrar desaparecerán. La extinción podría rondar el 20% en conjunto en el escenario más optimista. Pero en regiones como la Península Ibérica, más expuesta a la crisis climática, podría superar el 40%.
Estos datos aparecen recogidos en el primer Atlas Climático de las Aves Reproductoras de Europa. Cuatro especialistas británicos examinan un total de 430 especies continentales y su distribución actual. Advierten de que si no se atajan las emisiones de CO2 para reducir el impacto del cambio climático, muchas aves típicas del centro y sur de Europa se desplazarán unos 550 kilómetros al nordeste.
Eso las que tengan capacidad de dispersión, que se calcula son apenas una cuarta parte del total. Para la mayoría, su área de implantación se reducirá además un 20%. Aves árticas y subárticas, así como algunas especies ibéricas serán las que perderán más territorio a lo largo de este siglo, según los autores del Atlas. A su vez, la Península Ibérica sufrirá invasiones de especies norteafricanas que ya hoy se dejan ver, como el busardo moro, la perdiz chukar o el gorrión moruno.
Los investigadores británicos apuntan que en España el saldo entre incorporaciones y pérdida de especies será muy negativo. Las diez aves más amenazadas por el calentamiento global anidan casi todas aquí, caso del estornino negro, el rabilargo, el verderón serrano o la curruca balear.
Para otras especies al borde de la extinción por distintos factores, las alteraciones del clima pueden ser la puntilla. Es el caso de la perdiz nival o lagópodo alpino, del papamoscas cerrojillo o de la alondra ricotí. El urogallo desaparecerá de los bosques atlánticos y se refugiará en la taiga escandinava y rusa, mientras que el águila imperial ibérica y la avutarda podrían desaparecer de antemano por la presión humana sobre sus hábitats.