Introducción
Lo primero que el naturalista o investigador debe plantearse es el objetivo de la salida al campo. En otras palabras: ¿con qué finalidad se encara el viaje?, Por ejemplo: ¿para relevar o inventariar su riqueza biológica?, ¿para avistar a una especie o grupo de especies en particular?, ¿para conocer su estado de conservación?, ¿para establecer normas de manejo?, ¿para definir áreas o planes de trabajo futuros?
Lo segundo y teniendo presente ese objetivo, deberá analizar qué metodología es conveniente aplicar y cuántas personas son necesarias para llevarla adelante. En este punto se abren muchísimas posibilidades, pero todas requieren de una organización, para pautar cómo se invertirá el tiempo, qué función y responsabilidad asumirá cada integrante, quien tomará las decisiones y quien tendrá también la última palabra. Para todo esto se requiere de un presupuesto económico y de una inversión de tiempo, personal y apoyo logístico (movilidad, por ejemplo). Además, antes de encarar el viaje es correcto notificar a la Dirección de Fauna o de Recursos Naturales de la Provincia a visitar sobre nuestras intenciones. Si se visitará un área protegida por esa provincia, además, habrá que solicitar una autorización. Si el área natural está dentro de un parque o reserva nacional deberá solicitarse a la Administración de Parques Nacionales.
Siempre es conveniente resaltar primero la bibliografía y luego Sólo así se podrá aprovechar y ganar tiempo. Libros, artículos periodísticos, entrevistas con otras personas que conozcan el lugar, videos, mapas y fotos serán útiles para familiarizarse antes con lo que vamos a ver.
Equipo para efectuar observaciones y reconocimiento de fauna
Aunque casi todos los comentarios o sugerencias que siguen se centran en las aves silvestres, pueden aplicarse también a mamíferos.
La indumentaria
No es necesario disfrazarse de soldado camuflado para observar fauna, pero sí tener en cuenta la elección de ropa con colores poco llamativos, cómoda y resistente. Debemos considerar que algunos grupos como las aves tienen muy bien desarrollada la vista. Por ello, los colores rojos, azules o "eléctricos" pueden ahuyentarlas o al menos advertirles nuestra presencia. Lo mejor es usar colores naturales (marrones, grises, verdes). En lo que respecta al calzado, debe ser cómodo y -si no es resistente al agua- conviene llevar un segundo par de repuesto.
Los prismáticos
Son casi imprescindibles para poder observar más y mejor. Los hay variados en peso, forma, tamaño y medidas de las lentes. Notaremos que tienen medidas, como "8 x 30", "10 x 50" u otras. El primer número señala la cantidad de aumentos (cuántas veces más grande vemos al objeto). El segundo indica el diámetro de las lentes. Cuanto mayor sea, más luminoso es el prismático. Ésto no debe engañarnos, porque en una rápida evaluación podríamos elegir los más potentes y luminosos. Pero éstos tienen una desventaja: la distancia mínima de enfoque suele ser muy grande y el pulso deberá ser más firme. Es decir que si tenemos a un ave próxima a nosotros, no podremos enfocarla y seguramente tendremos que alejarnos para poderla ver con nitidez. Por regla general, se recomienda un prismático con medidas cercanas a "8 x 30", que es intermedio. Para lugares abiertos (estepas, pastizales, desiertos, lagunas) son preferibles los más potentes ("10 x 50", por ejemplo), mientras que para lugares con vegetación más densa (bosques, selvas y matorrales) son aconsejables aquellos que permiten enfocar a corta distancia, aunque el aumento no sea muy importante (ej.: "7 x 25"). Por esta razón, las medidas intermedias, como "8 x 40" permiten un uso más "elástico".
Bloc de notas
La primera pregunta que debemos respondernos es ¿qué? y ¿para qué vamos a observar? Uno puede desear salir al campo, simplemente a mirar pájaros, aunque ni siquiera le interese saber como se llaman. En este caso, tomaremos a las aves como centro de los comentarios, por tratarse del grupo zoológico con mayores adeptos. En otras ocasiones habrá interesados con otro tipo de aspiraciones, incluso, científicas. Una libreta de anotaciones para el campo puede ser útil en cualquiera de todos estos casos porque permitirá plasmar recuerdos, momentos gratos, datos útiles, descripciones, anécdotas y observaciones de interés biológico o conservacionista. Todo depende del observador y de su interés. Para aquellos que tengan inclinaciones ornitológicas, es importante anotar: fecha, lugar, hábitat, estado del clima y las especies observadas. Cuando se detecte un ave que hasta el momento nunca había conocido "en vivo y en directo" es útil tomar nota de su descripción y comportamiento. Esto no sólo permitirá corroborar su identidad cuando se consulte la guía de aves, sino que nos será más fácil recordarla. Para facilitar o agilizar la toma de notas, a veces, los dibujos esquemáticos pueden ser muy útiles. Para cualquier descripción es aconsejable prestar atención a: silueta, tamaño, color y conducta del ave, ¿a cuál se parece de las que ya conocemos?, ¿cómo es el pico?, ¿cómo se para?, ¿qué actitud tiene?, En fin, cuanto mayor es la información, mayor será la posibilidad de identificarla y aportar nuevos datos sobre su vida o historia natural. Existe lo que se llama la topografía o toponimia del ave, o sea el nombre de las distintas partes de su cuerpo. Recordarlos ahorrará tiempo. No es lo mismo decir o escribir "remeras primarias" que "las primeras plumas del ala" o "ceja" que "una línea que pasa sobre el ojo"
Guías de campo
Es un elemento indispensable de consulta, aunque es materia opinable si conviene o no tenerla a
mano en todo momento. Muchas veces, cuando se sale a observar con la guía bajo el brazo, por comodidad, no se toman notas ni descripciones y se apuesta a la memoria para recorrer dibujos y encontrar lo más parecido a ese recuerdo. Esto no es lo más aconsejable y menos aún cuando se está iniciando en la observación. Ningún recuerdo sustituye a una descripción, aunque luego de tomar los datos uno vaya recordando más cosas. Puede ser aconsejable tener la guía a mano en la salida pero como herramienta para cotejar nuestros datos. En cuanto a la guía indicada (cuando hay posibilidad de elección), la más útil será aquella con la que mejor nos entendamos y la que mejor se adapte a nuestro lugar de observación. Cuanto más local sea, mejor, porque facilitará el reconocimiento de las aves de esa localidad, provincia o región. Pero si somos viajeros, la cosa es distinta. Esas guías provinciales o regionales ya no nos serán tan útiles y nos convendrá disponer de una más completa con todas las aves del país.
mano en todo momento. Muchas veces, cuando se sale a observar con la guía bajo el brazo, por comodidad, no se toman notas ni descripciones y se apuesta a la memoria para recorrer dibujos y encontrar lo más parecido a ese recuerdo. Esto no es lo más aconsejable y menos aún cuando se está iniciando en la observación. Ningún recuerdo sustituye a una descripción, aunque luego de tomar los datos uno vaya recordando más cosas. Puede ser aconsejable tener la guía a mano en la salida pero como herramienta para cotejar nuestros datos. En cuanto a la guía indicada (cuando hay posibilidad de elección), la más útil será aquella con la que mejor nos entendamos y la que mejor se adapte a nuestro lugar de observación. Cuanto más local sea, mejor, porque facilitará el reconocimiento de las aves de esa localidad, provincia o región. Pero si somos viajeros, la cosa es distinta. Esas guías provinciales o regionales ya no nos serán tan útiles y nos convendrá disponer de una más completa con todas las aves del país.
Recomendaciones generales para el trabajo en el campo
Para salir a observar fauna es conveniente comenzar al amanecer o al atardecer, dado que son los momentos en que los animales despliegan mayor actividad y en que hay más posibilidades de detectarlas y ver como viven. De todos modos, conviene realizar caminatas o recorridas nocturnas de modo complementario, con el apoyo de linternas o reflectores. Algunos lugares interesantes para resaltar –por su riqueza de especies- son lagunas, costas con vegetación, campings, vertederos, charcas temporales en época de sequia y plantas con abundantes flores, frutos o semillas.Al momento de iniciar una caminata, conviene seleccionar un circuito que permita tener el sol a nuestra espalda. Tenerlo de frente molestará nuestra vista y dificultará la identificación de la fauna o flora a contraluz. Si vamos acompañados, con dos o tres personas está bien. Un número mayor puede ser más entretenido, pero menos eficaz. Si hace calor y hay insectos, podrán agradecer que les recuerde llevar repelente. Conviene ir en silencio, dado que nuestras voces permitirán a la fauna advertir nuestra presencia y esconderse o huir (actitudes comprensibles si consideramos que no todos sabemos comportarnos civilizadamente con ella).
Si se quiere indicar la posición de un ave sobre un árbol, por ejemplo, puede sugerir que se imagine un reloj con agujas y que el pájaro está posado "a las 3". Esto suele ser mejor que decir, “¿no lo ves? ¡Está ahí!, al lado de esa ramita”. Pero, usualmente, hay tantas ramitas que hasta que se ubica la que es objeto de atención, el animal ya no está. Otro aspecto interesante a tener en cuenta es lo que se conoce como la “distancia de fuga”. Cuando tratamos de acercarnos a un ave, ella permitirá o aceptará nuestra cercanía hasta un límite en centímetros o metros. Si lo traspasamos, sin dudas, se alejará. Y, si repetimos el intento, cuando alcancemos la misma distancia a la cual huyó antes, se retirará de nuevo, pero cada vez más lejos, porque lo tomará como una amenaza. Por eso, tampoco es recomendable acercarse en línea recta. Queda claro, entonces, que si huyó de nosotros una vez e insistimos con aproximarnos de nuevo, casi seguro, se mostrará más desconfiada. Avancemos en zigzag, simulando desinterés.
Básicamente, tenemos dos formas de observar aves: salimos en su búsqueda o nos ocultamos a esperarlas, como cazadores. Los dos métodos ofrecen ventajas y desventajas y en una misma salida pueden aplicarse ambos. Si nos interesa observar aves de una familia en particular (ej.: rapaces o patos) buscarlas con exclusividad será más efectivo que ir mirando todas las aves que se crucen en nuestro camino. Cuando escuchemos aves que no se dejan ver o que están ocultas, imitemos sus voces, porque tendremos más posibilidades de atraer su curiosidad y, así, verlas. Si imitarlas es complicado, podemos intentar con una serie de suaves y repetidos “psí-psí-psí-psí...”.
En algunas ocasiones, este tipo de vocecitas recuerda el llamado de pichones o juveniles y logra llamar la atención de las aves adultas. En mi opinión, este tipo de imitaciones permiten obtener mejores resultados que con el empleo de ruidos o silbatos.
Los amantes de la fotografía pronto tendrán un dilema: ¿se puede observar y fotografiar al mismo tiempo? Como poder, se puede, pero las dos cosas no se pueden hacer bien. Deberemos escoger qué es lo que más nos interesa.
Si se desea ingresar a una propiedad privada, solicitemos autorización. Si explicamos nuestras intenciones, difícilmente nos nieguen el permiso. En tal caso, seamos respetuosos y limitémonos a hacer lo que dijimos que íbamos a hacer. Siempre será valorado un comentario de nuestra experiencia o la copia de una lista de las aves observadas a los propietarios o puesteros del lugar. También será muy enriquecedor conversar con ellos y conocer su experiencia o sus apreciaciones sobre la naturaleza. Tampoco faltará oportunidad para conocer los nombres con que llaman a las distintas especies. Así, podremos recopilar muchos y lindos nombres criollos o locales que muchas veces se pierden en el olvido. En este sentido, los chicos y ancianos lugareños son excelentes fuentes de información.
La entrevista con el poblador local siempre es un recurso interesante para conocer el patrimonio natural y cultural de un lugar, pero que debe ser manejado con cuidado, para no “contaminarlo” culturalmente. Para ello, se sugiere:
• contactar una entrevista • explicarle el por qué y la utilidad que tendrá su testimonio • preguntar con humildad y sin agobiar • no inducir o conducir sus respuestas (dado que, muchas veces, responderá lo que se desea escuchar, para no decepcionar) • probar su grado de certeza (con alguna pregunta concreta, cuya respuesta inequívoca nos esclarezca qué tan buen observador es) • agradecer su colaboración y explicitarla en el informe del viaje (si lo hubiere)
A modo de decálogo del buen observador
1. Nunca lo sabremos todo, pero con dedicación, cada vez sabremos más.
2. Dejemos que todo transcurra naturalmente, como si no estuviéramos.
3. Evitemos actos de depredación de otras personas (educando o explicando con
4. Dejemos todo igual o mejor que como estaba a nuestro paso
5. Salgamos con humildad y regresemos con satisfacción.
6. Compartamos las enseñanzas de la naturaleza y la de nuestros maestros.
7. Pensemos previamente en llevar lo que necesitaremos, para no molestar a nadie.
8. No prometamos a la gente de campo nada que no podamos cumplir.
9.Un naturalista es atento con la naturaleza y con las personas.
10.Hay que tener sentido común y un buen corazón.
3. Evitemos actos de depredación de otras personas (educando o explicando con
4. Dejemos todo igual o mejor que como estaba a nuestro paso
5. Salgamos con humildad y regresemos con satisfacción.
6. Compartamos las enseñanzas de la naturaleza y la de nuestros maestros.
7. Pensemos previamente en llevar lo que necesitaremos, para no molestar a nadie.
8. No prometamos a la gente de campo nada que no podamos cumplir.
9.Un naturalista es atento con la naturaleza y con las personas.
10.Hay que tener sentido común y un buen corazón.
Lo importante es disfrutar civilizadamente de la naturaleza. Con práctica y tiempo, la experiencia nos permitirá ir reconociendo cada vez más especies y no sólo sabremos sus nombres, sino su historia natural y los problemas que algunas enfrentan para sobrevivir.
Agradezco la imformación cedida por:
*Claudio Bertonatti, naturalista y museólogo.
Coordinador del Depto. Información y Educación Ambiental.Fundación Vida Silvestre Argentina.
A medida que nos familiaricemos con el mundo de las aves, nos daremos cuenta de que hay especies que son mas fáciles de observar en determinados medios, incluso pensaremos que no se pueden ver ciertas aves en uno u otro lugar, (aunque nada es imposible). Pensad que se pueden encontrar en cantidad de zonas, como por ejemplo:"El primer paso para conservar es conocer"
Y, conociendo, todos podemos hacer algo por el patrimonio natural de nuestro país.Agradezco la imformación cedida por:
*Claudio Bertonatti, naturalista y museólogo.
Coordinador del Depto. Información y Educación Ambiental.Fundación Vida Silvestre Argentina.
LUGARES
Alta montaña, dentro del cual, distinguimos el pastizal, el matorral y la roca aflorante, siendo las especies que lo habitan el pardillo, la collalba rubia, la perdiz roja y la codorniz en cuanto al pastizal; en el matorral suelen habitar el verderón la perdiz pardilla y la nival, el acentor azul y el común; mientras que en la roca tienen su hábitat los roqueros rojo y solitario, el treparriscos y la chova piquigualda.
Bosque de coníferas, en el cual las especies más relevantes son: el Aguila calzada, búho chico, cuco, herrerillo capuchino, reyezuelo común y listado, urogallos, agateador común, becada, carbonero común y garrapinos, piquituerto común, torcecuellos, alcotán, cárabo, pico picapinos, y trepador azul.
Bosque caducifolio, allí suele habitar el arrendajo, carbonero palustre, azor, papamoscas, pito negro, ratonero, y también el Aguila calzada, urogallos, cárabo, y la becada.
Bosque esclerófilo, donde se puede encontrar el buitre negro, el crialo, el milano real, pito real, autillo, la carraca, grullas, paloma torcaz, águila imperial, y cuco.
Sotos, en los que pueden verse cornejas, y urracas, escribanos soteños y hortelanos, al gorrión molinero, oropéndolas, mitos, al pinzón, verdecillos y tórtolas comunes.
Arbóreos comerciales, en los cuales se ven cárabos, carboneros, pinzones y herrerillos comunes.
Escarpaduras de montaña, quebrantahuesos, halcón de Eleonor, águilas perdiceras y reales, buitres, cornejas y cuervos, búhos, y cernicalos.
Matorral de media y baja montaña, donde encontraremos currucas, chotacabras, escribanos montesinos, abejarucos, alcaudones, collalbas, al gorrión chillón, mirlos, perdices, tarabillas y petirrojos.
Matorral mediterráneo, en los que se ven currucas, chotacabras, al gavilán, mirlos, y perdices.
Matorral estepario, en los que se ven avefrias, gangas y ortegas, a la perdiz y sisones. Esta es zona de caza para las rapaces.
Zonas de cultivo, donde se puede encontrar urracas, tarabillas, perdices, jilgueros y pardillos, estorninos, codornices, cogujadas, camachuelos, al aguilucho pálido, alondras y mitos.
Graveras, donde se puede encontrar a los alcaravanes, la canastera, al chorlitejo de patas negras, al ostrero, el falaropo, charrancillo, y archibebe común.
Lagos, embalses, riberas de ríos y arroyos, allí suele habitar el ánade real, el ánade rabudo, los andarrios, cerceta caretona, gaviotas, lavanderas blancas, mosquiteros silbadores, ruiseñores, somormujos, la bisbita ribereña alpina, mirlos acuáticos, zampullines y martín pescador.
Y por último en los estuarios marismas y marjales, allí suele habitar el tarro blanco, el ruiseñor bastardo, la malvasia, la lechuza, la garza real, la garcilla bueyera, el fumarel común, la focha cornuda y común, el escribano palustre, la cigüeñuela, el carricerín común y real, el buitrón, las buscarlas unicolor y pintoja, así como la avoceta.
En cuanto a la identificación de aves
1.- Hacer las anotaciones vistas del ave: Debe ser anotado en el cuaderno de campo sus características como color, tamaño aproximado, forma del pico, tipo del vuelo etc, todo con la ayuda de los prismáticos, amigo inseparable del observador. 2.- Las voces o cantos de las aves: Otro detalle importante en el proceso de la identificación es el canto, por lo tanto sabiendo el tipo de canto, la tarea de la identificación llega a ser mucho más fácil, conociéndolos usted puede evidenciar la existencia de la especie sin verla; es interesante saber su voz. Para llegar a conocerlas es necesario comenzar a registrar las voces de los pájaros con una grabadora y después de que los identifique, intentarlos memorizar para la próxima vez que lo vuelva a oír. Recordemos que las aves se dividen en familias, y que cada familia tiene generalmente, el mismo "tipo de voz". 3. Visitar los museos y los parques zoológicos: Es otro recurso importante al alcance del observador, pudiendo echar una mirado en el museo de la historia natural o de las ciencias de la ciudad, en el sector de la ornitología (estudios de los pájaros), donde encontrará la ayuda en su trabajo de identificación, o también buscar la ayuda de alguna entidad de la ornitología o de los observadores de pájaros experimentados. Podrá también visitar el parque zoológico de su ciudad para intentar reconocer algún ave que usted vio y no pudo saber cuál es, esto podrá ayudarle en sus estudios.
El objetivo de este blog, es el de promover la afición a la ornitología y observación de aves a toda persona interesada en el tema, si con ello consigo ayudar a alguien, me doy por satisfecho.